A lo largo de mi formación y experiencia, descubrí algo que cambió mi forma de acompañar: no basta con mirar y sanar el pasado si no una ayuda también para construir el futuro que mereces. Mi formación en psicoterapia me permite comprender en profundidad los efectos del trauma, el apego y las experiencias tempranas, el coaching me enseñó a hacer preguntas que abren posibilidades. A mirar hacia adelante, a acompañar el diseño de una vida con sentido. Espacio seguro, de autoconocimiento y evolución, en el que dar salida al sufrimiento. Su objetivo es producir cambios en los esquemas mentales, desbloquear emociones que nos mantienen atrapados en el pasado, y adquirir nuevas formas de estar en el mundo.

Las cifras hablan: las mujeres sufren nueve veces más trastornos de ansiedad, el doble de depresiones y un 95% más de trastornos de la conducta alimentaria que los hombres. No es casual. No es debilidad. Es contexto. Es historia. La condición de ser mujer sigue marcando, de forma directa o sutil, los malestares con los que muchas llegan a consulta: ansiedad que no cesa, culpa sin origen claro, agotamiento profundo, autoexigencia, relaciones que desgastan, miedo a ocupar su propio lugar, una desconexión dolorosa con el cuerpo o con el deseo.

Los conflictos de pareja son una de las fuentes que pueden ocasionar mayor malestar y sufrimiento. El objetivo del tratamiento es proporcionar recursos para qué la pareja afronte los conflictos y las crisis de una forma más saludable, busca el crecimiento y fortalecimiento personal de ambos y de la relación.