La vida de cualquier persona, va cambiando y en ocasiones nos sentimos que podemos con todo y otras veces, se nos cae el mundo encima. Sentimos momentos de felicidad y de dolor, pero son variaciones que, de alguna manera, podemos manejar.
Sin embargo, en algunas ocasiones, algo sucede dentro de nosotros o en el mundo en el que vivimos y de repente parece que nos encontramos al borde del caos, las cosas se salen de nuestro control, nos sentimos desorganizados, incapaces de resolver, con los métodos que siempre nos han dado resultados, las situaciones que estamos viviendo y las nuevas situaciones nos causan angustia y temor: Nos encontramos ante una crisis.
Podemos dividir las crisis básicamente en:
- Evolutivas, que son causadas por cambios internos importantes, físicos y/o psicológicos.Estas crisis están asociadas con el desarrollo, las diferentes etapas de la vida, los cambios de roles, las transiciones biológicas, etc. que en algún momento dado todos vivimos.
Son inevitables y, si sabemos manejarlas, nos ayudan a crecer y a fortalecernos.
- Circunstanciales.Estas crisis tienen que ver con cambios importantes que se dan en el medio en el que vivimos y que nos afectan de manera considerable.
Puede tratarse de una pérdida de cualquier tipo, (económica, de una persona, la salud, nuestras expectativas, etc.), la amenaza de una pérdida, un desafío para el que no estamos preparados, etc.
El post de hoy, se centra en las crisis evolutivas, en concreto en la famosa crisis de los 30 o de los 40.
Un estudio realizado por Oliver Robinson, de la Universidad londinense Greenwich (Londres) reveló que antes de cumplir los 50 años, los seres humanos experimentan una crisis en sus vidas que precisamente ocurre alrededor de la tercera década de vida. Con este suceso, que se presenta un cuadro depresivo que incluye ansiedad, inseguridad y aislamiento y que surge debido a la presión social que se ejerce en la persona para que concrete sus metas, que pueden ser tan variadas como casarse, trabajar, tener hijos o abandonar el hogar paterno.
De acuerdo con este estudio, que fue presentado recientemente en la Conferencia Anual de la Sociedad Psicológica Británica en Glasgow, las expectativas de lo que se quiso alcanzar versus lo que verdaderamente se logró al llegar a esta edad es lo que origina principalmente esta crisis, combinado además con el estrés en el trabajo, los conflictos de pareja, con la familia y con las amistades.
A día de hoy, hay personas que pasan este cris a los 30, 35 o a los 40, incluso pudiendo encontrarnos con personas que la vivencian a los 50 años.
Durante la crisis de los 30 o los 40 años, muchas personas atraviesan diferentes etapas. Primero, sienten fuertes deseos de cambiar, y es ahí cuando lo dejan todo para probar nuevas experiencias en su vida (ya sea viajar, cambiar de trabajo o terminar su relación de pareja) para luego retomar su vida con una nueva escala de valores, más centrada en sus creencias y en lo que quiere alcanzar.
¿Te sientes identificado con esto que estás leyendo?, en tu caso… ¿Eres tú quien pone las expectativas de lo que te gustaría haber alcanzado o vienen impuestas de fuera? En ocasiones, la sociedad, la comparación con amigos, la propia familia, padres, hermanos…
Elisa Sancha
Psicóloga y Formadora Positiva Psicología